jueves, 1 de octubre de 2015

CUESTIONARIO DE LA UNIDAD 2


¿QUÉ SIGNIFICA DEMOCRACIA?,  ¿QUÉ SABES DE "DEMOS" "KRÁTOS"?  

Origen y etimología.

El término democracia proviene del antiguo griego y fue acuñado en Atenas en el siglo V a. C. a partir de los vocablos «demos», que puede traducirse como «pueblo» y "krátos", que puede traducirse como «poder» o «gobierno». Sin embargo la significación etimológica del término es mucho más compleja. El término «demos» parece haber sido un neologismo derivado de la fusión de las palabras demiurgos (demiurgi) y geomoros (geomori). Textualmente, «democracia» significa «gobierno de los artesanos y campesinos», excluyendo del mismo expresamente a los ilotas (esclavos) y a los nobles. Creo que si lo traducimos como "El Poder del Pueblo" no estamos diciendo ninguna barbaridad, ni vamos contra ninguna definición de las admitidas hasta hoy.

En Atenas, las sesiones de la Asamblea eran públicas para cualquier ciudadano que quisiera acudir, en la Asamblea se tenía el poder del voto directo para las propuestas que se debatían abiertamente. Había dos consejos, el Areópago, que era un vestigio arcaico que fue perdiendo todo su antiguo poder en manos del Consejo de los Quinientos. Los miembros de este último eran elegidos por sorteo de entre todos los ciudadanos de más de treinta años que decidían que su nombre fuera presentado en la lista; la duración de los cargos era de un año y un hombre podía ejercerlo sólo dos veces en su vida. Casi todos los magistrados eran seleccionados también por sorteo, sello de democracia para los griegos. Aristóteles no habla de sufragio al definir a la democracia, sino que se refiere concretamente al sorteo en las magistraturas: "Democracia es la forma de gobierno en la que las magistraturas se reparten por sorteo."

El poder de los magistrados se veía limitado porque se veían controlados mediante  calificaciones (es decir sus méritos), lo que perjudicaba a los magistrados frente a la Asamblea o el Consejo de los Quinientos.

Si bien todo este sistema hace parecer que había gran participación de las masas populares, no se puede aseverar con certeza que esto haya sido realmente así. La Asamblea, por lo tanto,  no era un parlamento con miembros fijos; no hay duda de que pocos ciudadanos comunes y corrientes se tomaron la molestia de asistir a sesiones de rutina, pero es inimaginable que el tema de ir o no a la guerra con Esparta encontrara un desinterés semejante. Además, resulta imposible imaginar que un decreto pudiera ser tratado detalladamente en una sesión multitudinaria de una Asamblea al aire libre.

En cuanto a Roma, pueden encontrarse diferencias notorias respecto a Atenas. Existen similitudes como la imposibilidad de acceder a información necesaria sobre aquellos acuerdos o temas tratados en Asambleas, el papel de la gloria militar en la política y el patronazgo cómo método para obtener liderazgo político. En cuanto a las diferencias, hay muchas entre el sistema ateniense y el romano. Los romanos poseían no una, sino tres asambleas a las que dirigirse para tratar los problemas de su comunidad.  Pero había una serie de elementos que podrían llevarnos a la conclusión de que las clases dominantes romanas tenían todo un sistema burocrático que desfavorecía, y en algunos casos, impedía la participación popular. Por ejemplo no había fechas fijas para las sesiones y ni siquiera para las elecciones anuales de cónsul. Y cuando por fin había una asamblea, no había discusión, sino solamente una votación para aprobar o rechazar un proyecto de ley, y ni siquiera estaba permitido tratar más de un proyecto de ley por sesión. Este tipo de reglas generaban importantes trabas a la participación de los ciudadanos, especialmente los que vivían a cierta distancia de la ciudad de Roma, donde se realizaban la totalidad de las prácticas políticas.

Podemos llegar a la conclusión de que tanto la democracia en Atenas como la Romana, no eran sistemas "democráticos" en el sentido en el que la  entendemos hoy en día, ya que representaban sólo a una porción muy pequeña de la población. Estos sistemas dejaban de lado a numerosos sectores, como las mujeres o los esclavos, además de los ciudadanos que tenían derechos políticos limitados. Aproximadamente sólo el 10% de la población tenía derecho a participar de la llamada democracia.

Además de este grupo que quedaba fuera del sistema, los ciudadanos que sí tenían derechos políticos se veían también limitados en su accionar por diversas razones, desde las dependencias generadas por clientelas y facciones hasta por "lagunas" estructurales del sistema que dejaban las decisiones realmente importantes en manos de las élites aristocráticas.

El significado del término ha cambiado con el tiempo, y la definición moderna ha evolucionado mucho, sobre todo desde finales del siglo XVIII, con la sucesiva introducción de sistemas democráticos en muchas naciones y sobre todo a partir del reconocimiento del sufragio universal y del voto femenino en el siglo XX. Hoy en día, las democracias existentes son bastante distintas al sistema de gobierno ateniense del que heredan su nombre.


¿QUÉ ES UN ÁNGEL?

Un ángel es un ser inmaterial o espiritual presente en algunas religiones cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Los ángeles son a menudo representados como mensajeros de Dios en la Biblia hebrea, Biblias cristianas y el Corán. Según las tres principales religiones monoteístas, los ángeles además actúan como mensajeros, ejecutando los juicios de Dios y sirviendo a los creyentes. Desde este punto de vista, los ángeles son normalmente considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. En este sentido, en el cristianismo, se habla del ángel de la guarda o ángel custodio, que sería aquel que Dios tiene señalado a cada persona para protegerla. Por contraposición, también existe la figura del ángel caído, aquel que ha sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra Dios. Los ángeles más conocidos en el cristianismo son San Miguel, San Gabriel y San Rafael.

En el cristianismo medieval, el término ángel hace referencia a la categoría más inferior de las nueve en que tradicionalmente se dividen los seres angélicos. La rama de la teología que se ocupa de los ángeles se denomina angelología.

Etimología: La palabra española "ángel" procede del latín angĕlus, que a su vez deriva del griego ἄγγελος ángelos, 'mensajero'.1 La palabra hebrea más parecida es מֵלְאָךְ mal'ach, que tiene el mismo significado. El término ángel también se usa en la Biblia para las siguientes tres palabras hebreas:
אביר abbir (literalmente 'poderoso'), en el Libro de los Salmos (78:25).
אלהים Elohim ('dioses' o plural mayéstático de Dios, según los autores), en Salmos (8:5).
שנאן shin'an, en Salmos (68:17).

Ángeles en el arte:   Angelogía, Utopía y Ángeles.
Tradicionalmente, sobre todo en pintura, los ángeles han sido representados como seres alados (adaptado de la iconografía de Eros), aunque pueden ser espíritus invisibles o incluso simplemente rayos de luz que todo lo observan, que pueden aparecer en la Tierra no sólo como seres humanos sino también como animales o incluso objetos. Posiblemente, para seres visionarios o en trance místico, las "alas" fueran el movimiento tenue o enérgico que visualizaban alrededor de sus apariciones y que, por una traslación a algo inteligible culturalmente, fue asimilado a "alas".
Aunque también cabe agregar el deseo del hombre al volar, y los Ángeles siendo seres con forma humana perfecta, Dios les otorgó el don de volar por los cielos.

Ángeles en la religión
San Miguel Arcángel vence a Lucifer. Guido Reni, (1635).
Como religión emparentada estrechamente con el cristianismo y el judaísmo, en el Islam también existe la creencia en los ángeles, que en lengua árabe reciben el nombre de ملاك, malāk (plural ملائكة, malā'ika), de la misma raíz que el hebreo מלאך, malākh o malāj.
La creencia en los ángeles es tradición en el islam, empezando por el que, según la tradición, fue el jefe de los ángeles, Yibril o Yibrail (Gabriel), quien se dirigió a Mahoma en nombre de Dios para dictarle su revelación, el Corán.

El Islam (como en el Cristianismo) concibe a los ángeles como seres creados de luz y dedicados totalmente al servicio de Dios, por cuyo mandato realizan determinadas tareas, como introducir el alma en el cuerpo de los neonatos, recoger el alma de los que mueren, registrar determinados hechos de la vida o servir de mensajeros divinos. Como ejemplo de esto último, además de la revelación hecha a Mahoma y a los profetas anteriores por Gabriel, está la anunciación a Maryam Bint Dawud (la virgen María).

Tanto en el islam como en el cristianismo, los ángeles, al contrario que los seres humanos, no comen ni procrean, no están dotados de libre albedrío y no pueden cometer pecados. Pueden adoptar apariencia humana y generalmente se les describe como seres extraordinariamente bellos que poseen varios pares de alas, aunque pictóricamente se les suele representar con un único par.
La figura del demonio en el Islam que tendría en su forma auténtica seiscientas alas, aparece asociada a la de los genios, seres creados de fuego y no de luz, por lo que no es considerado como un ángel caído.

Adán y Eva rodeados de ángeles en una miniatura persa de hacia 1550.
El Islam no establece entre los ángeles jerarquías complejas como las que crearon los teólogos cristianos medievales. Hay cuatro ángeles que se consideran principales, Yibril, Azra'il, Mika'il e Israfil, todos ellos mencionados en el Corán salvo Azra'il, y otros ángeles menores. Yibril o Yibra'il (Gabriel) es el jefe de todos los ángeles y es también el mensajero de Dios para todos los profetas. Es el instrumento de la revelación no solo del Corán sino también de los Evangelios, los Salmos y la Torá a sus destinatarios respectivos. Azra'il (Azrael) es el ángel de la muerte, encargado de que el alma humana abandone el cuerpo. La separación de alma y cuerpo puede hacerse de un modo más dulce o más violento dependiendo del comportamiento que haya tenido la persona en vida. Mika'il (Miguel) es el encargado de la lluvia y del trueno. Por último, Israfil (Rafael) es el encargado de dar la señal de la llegada del Día del Juicio, con la «trompeta de la verdad», y de sembrar las almas en sus cuerpos antes de nacer.

Entre los otros ángeles presentes en las creencias islámicas, podemos encontrar a Rakīb y Athīd, que registran las buenas y malas acciones realizadas por las personas a lo largo de la vida; Nakīr y Munkar, que interrogan a la persona que acaba de morir acerca de su fe; Radwān, el ángel responsable del Paraíso, así como Mālik lo es del Infierno; Hārūt y Mārūt, dos ángeles de la magia; y Charrsk, conocido como ángel de luz y oscuridad, a cuyo cargo están diecinueve ángeles que administran los castigos a los condenados al fuego también aparece en el Cristianismo Antiguo como un arcángel neutro. Otros ocho ángeles sostienen el trono de Dios.

¿QUÉ ES EL AVERNO?

Averno era el nombre antiguo dado tanto por griegos como por romanos a un cráter cerca de Cumas, Campania. De acuerdo con la mitología romana era una de las entradas al inframundo. Posteriormente, la palabra pasó a ser un nombre alternativo para designar al reino de Hades o Plutón.
Según el antiguo escritor griego Diodoro de Sicilia, el Averno sería un lago. Éste relató cómo Heracles desde la llanura Flegrea, descendió hacia el mar y realizó unas obras a orillas del lago llamado Aorno, que era considerado consagrado a la reina del Hades, Perséfone (Proserpina en la mitología romana). Áornos significa "sin pájaros", el lago al que no se acercarían estas criaturas; es el Averno (Avernus), que ocupaba el cráter de un volcán apagado entre Miseno y Dicearquia, una antigua colonia samia. La palabra averno procedía de los vocablos griegos a ("sin") y ornis ("ave"). Esta etimología se refería a que las aves no cruzaban ese espacio por ser un lugar que expulsaba gases tóxicos.

Antiguamente estaba separado de otro lago cercano, el Lucrino; pero en el 37 a.C., el cónsul Agripa construyó un pueblo militar en ese mismo sitio, eliminando así la franja costera entre el Lucrino y el mar, y abrió un canal navegable entre los dos lagos y una galería subterránea entre el Averno y Cumas.

Según Estrabón, escritor y geógrafo griego contemporáneo al emperador Augusto (siglo I d.C.), el Averno era un golfo que formaba una península con el espacio de tierra comprendido entre el cabo Miseno, comenzando desde la línea transversal que unía a Cumas y el propio golfo.

1. Definición

Sustantivo masculino. Esta palabra de uso poética se refiere al infierno que es un lugar en donde los que cometen pecados graves sufren después de la muerte del castigo eterno o llamado infierno. (En mitología) es un sitio donde habitan los espíritus de los muertos. Como adjetivo es relativo o concerniente al averno del inframundo.

Este término etimológicamente es de procedencia latina bajo denominación “avernus” aludiendo a la laguna de Campania cerca de Napoles en Italia.




¿QUÉ SIGNIFICA BASÍLICA?

“La palabra ‘Basílica’ viene de la palabra griega ‘basilike’, y significa ‘palacio’, por lo tanto ‘la casa del rey’. Para los cristianos, el Señor Jesús es el ‘rey’, y por lo tanto la basílica es la casa del Señor, donde el pueblo de Dios se congrega para rezar y para celebrar ceremonias religiosas. La palabra "basileus", en griego significa rey y era el título que llevaban los emperadores bizantinos. Su femenino es basilisa. (como en ruso). El palacio del rey era en Grecia una basílica, pero luego el nombre se extendió a los edificios públicos que la rodeaban. Estos edificios, sobre todo los que servían de almacén, fueron ocupados por los cristianos cuando fue reconocido su culto, pues necesitaban naves grandes. Hoy basílica es una iglesia notable por su antigüedad y que disfruta de algunos privilegios. Son consideradas Basílicas mayores San Pedro del Vaticano, San Pablo Extramuros, Santa Maria la Mayor y San Juan de Letrán en Roma. Las demás son consideradas basílicas menores. De aquel nombre primitivo de basílica (domus), y dada la nobleza del significado, se empezó a llamar también basílicas a aquellos primeros templos. La palabra arraigó entre los cristianos con ese nuevo valor, de tal manera que, de designar lugares profanos, pasó a denominar a las mejores iglesias. El ancho de estas basílicas nunca es mayor que la mitad de su largo. Su nave principal está separada de los pasillos laterales por hileras de columnas.

Las basílicas mayores están todas en Roma. Tienen un altar mayor para el uso exclusivo del Papa, tienen una “Puerta Santa” la cual se pasa para ganar las indulgencias durante los años jubilares. Junto a estas basílicas estaban las residencias de varios patriarcas. También se considera basílica mayor a San Lorenzo extramuros y la la Iglesia de San Francisco en Asís, pues tiene altar Papal y trono.
Basílicas Menores: muchas Iglesias por todo el mundo han sido designadas por el Papa como basílicas menores. Entre ellas: Sagrada Familia en Barcelona, España; Loreto y Padua en Italia; Lourdes en Francia; Inmaculada Concepción en Washington, USA; Inmaculada Concepción, El Viejo en Nicaragua…. En Roma hay once basílicas menores, entre ellas la Basílica de la Santa Cruz.


¿SABES QUE ETIMOLÓGICAMENTE TODOS TENEMOS UN CEMENTERIO EN CASA?

Un cementerio es el lugar donde se depositan los restos mortales o cadáveres de los difuntos (inhumación). Dependiendo de la cultura del lugar, los cuerpos pueden introducirse en ataúdes, féretros o sarcófagos, o simplemente envolverse en telas, para poder ser enterrados bajo tierra o depositados en nichos, mausoleos u otro tipo de sepulturas.

La palabra cementerio viene del término griego koimetérion, que significa dormitorio porque, según la creencia cristiana, en el cementerio, los cuerpos dormían hasta el día de la resurrección. A los cementerios católicos se les llama también camposantos, dado que en Pisa, cuando ateniéndose a medidas de higiene la autoridad ordenó cerrar el cementerio, que había sido construido en el siglo XIII dentro de la ciudad, el terreno fue cubierto con una gran capa de tierra, que las galeras pisanas habían traído de los lugares santos de Jerusalén.

Usualmente, los cementerios son comunitarios, es decir, en dicho lugar se encuentran las tumbas de los miembros de la comunidad, sin llegar a ser tumbas colectivas, pues cada difunto tiene su propio espacio determinado aunque, por decisión familiar, también pueden enterrarse varios familiares en el mismo lugar.

La mayoría de los cementerios se destinan a cadáveres humanos, aunque, desde la Antigüedad, existían necrópolis para ciertos animales, como el Serapeum de Saqqara, en Egipto. Actualmente también existen cementerios de animales para enterrar a las mascotas fenecidas. En el caso de los humanos, actualmente existen los cementerios parques, lugares que han sido muy comunes durante los últimos 30 años y se ha masificado para que las personas puedan ser sepultadas.



¿HAS TENIDO UNA HOMILÍA ÚLTIMAMENTE CON UN FAMILIAR?
Homilía


La palabra homilía se deriva de la palabra griega homilia (de homilein), la cual significa tener comunión o tener interacción con una persona. En este sentido homilia se usa en 1 Cor. 15,33. En Lucas 24,14, encontramos la palabra homiloun, y en Hch. 24,26, homilei, ambas usadas en el sentido de “hablar con”. En Hch. 20,11, encontramos el término homilsas; aquí se usa por primera vez para denotar un sermón a los cristianos en relación con el partir del pan. Evidentemente era un discurso informal, o exposición de la doctrina, pues se nos dice que San Pablo “habló largo rato… hasta el amanecer”. De ahí en adelante la palabra se usó como señal del culto cristiano (San Justino, “Apol. I”, c. LXVII; Ignacio, “Ep. Ad PLyc.”, V).

Orígenes fue el primero en distinguir entre logos (sermo) y homilia (tractatus). Desde la época de Orígenes homilía ha denotado, y todavía denota, un comentario, sin una introducción formal, división o conclusión, de alguna parte de la Escritura, cuya meta es explicar el sentido literal, y desarrollar el sentido espiritual del texto sagrado. El último, como regla, es el más importante; pero si, como en el caso de Orígenes, se le da más atención al primero, la homilía se llama explicativa en lugar de moral o exhortatoria. Es la forma más antigua de predicación. Se puede decir que Cristo mismo predicó en este estilo (cf. Lc. 4,16-20), pero con una diferencia que se señalará luego. Fue el tipo de predicación utilizado por los Apóstoles y los Padres al dirigirse a los fieles. En la "Primera Apología" de San Justino Mártir (c. LXVII) se lee: "En el día llamado domingo todos reunidos en el mismo lugar, donde se leían los memoriales [apomnemoneumata] de los Apóstoles y los profetas… y cuando el lector termina, el obispo pronuncia un sermón", etc.

En este sentido, la "Enciclopedia Británica" (novena edición), dice: "La costumbre de pronunciar exposiciones o comentarios más o menos improvisados sobre las lecturas del día en todo caso pasó pronto y fácilmente a la Iglesia cristiana” (es decir, a partir de la sinagoga judía). El punto de vista católico difiere de esto, y afirma que la clase de homilía que menciona San Justino no era una continuación del comentario judío sobre la Escritura, sino que era parte esencial del culto cristiano, una continuación del sermón apostólico, en cumplimiento de la comisión de Cristo a sus discípulos. De hecho, ambas tenían una similitud externa (ver Lc. 4,16-20), pero en esencia una difería de la otra tanto como la religión cristiana difiere de la judía.

La más antigua homilía existente es la llamada Segunda Epístola de Clemente a los Corintios; sin embargo, ahora se admite generalmente que no es de Clemente (vea Bardenhewer, "Patrologi", tr Shahan, p. 29.). Tenemos ciento noventa y seis de Orígenes; algunas de San Atanasio, aunque él era más un polemista que un predicador; las breves y antitéticas homilías de León I también han llegado hasta nosotros; y las más importantes son las de Gregorio I. Otros autores de homilías son: Hilario, Ambrosio, Crisóstomo, Jerónimo, Agustín, Fulgencio, Isidoro, Beda, Bernardo y muchos otros. Incluso después que el arte de la retórica influyó en la predicación, la forma de oratoria sagrada continuó, de modo que se reconocieron dos estilos de predicación: el estilo improvisado, sin pulir, o familiar, y el pulido, o preparado cuidadosamente. Buenos ejemplos de ambos se pueden ver en San Juan Crisóstomo, también en San Agustín, quien, al referirse a la predicación de la oratoria sagrada, dijo que se humilló a sí mismo para que Cristo fuese exaltado. La homilía fue el estilo favorito de predicación en la Edad Media; y muchos de los sermones predicados entonces, a partir del uso frecuente de los Textos Sagrados, podrían llamarse mosaicos bíblicos (vea Neale, "Mediaeval Sermons").

En la actualidad hay cuatro formas reconocidas de tratamiento de la homilía, pero no todas son igualmente recomendables.

El primer método consiste en tratar por separado cada frase del Evangelio. Este fue el método uniforme de San Anselmo, según se infiere de las dieciséis homilías que nos han llegado. No se recomienda, pues da, a lo mejor, solo un tratamiento fragmentario y disperso.
El segundo método es todo lo contrario; enfoca la totalidad del contenido del Evangelio en una sola idea. Usualmente se le llama “homilía superior”, y sólo difiere del sermón oficial o formal en la ausencia de introducción y peroración. Está claro que sólo ciertos evangelios pueden ser tratados de esta manera.

La tercera clase selecciona alguna virtud o vicio que surge del Evangelio, y trata uno o el otro con exclusión de todo lo demás. A esta clase de homilía se le llama comúnmente un “propenso”.
La cuarta clase es la que primero parafrasea y explica todo el Evangelio, y luego hace una aplicación de él. Éste, el método de San Juan Crisóstomo, parece ser el mejor, excepto donde se aplica la “homilía superior”, debido a que puede evitar el defecto que aqueja a la homilía, es decir, una tendencia a la falta de unidad y continuidad.

Las ventajas de la homilía son que es una forma de predicación que estuvo en uso desde el principio mismo del cristianismo; es simple y fácil de entender; provee una mejor oportunidad que el sermón oficial para entretejer la Sagrada Escritura. El momento más apropiado para la homilía es en la primera Misa; para el sermón formal, en la Misa principal; y para el sermón [[catequesis|catequético (vea oratoria sagrada), en las devociones vespertinas. En cuanto a su lugar en la Misa, la homilía es usualmente predicada después del primer Evangelio; pero San Francisco de Sales preferiría que viniese después de la Comunión, y en su carta al arzobispo de Bourges, cita las palabras de San Juan Crisóstomo : "Quam os illud quod SS Mysteria suscepit, daemonibus terrible est”; también las de San Pablo (2 Cor. 13,3); "in experimentum quaeritis ejus, qui in me loquitur Christus."


¿TU AMIGO ES UN OBISPO?

Obispos es la traducción de epískopos (epís: sobre, kopos: velar u observar), derivado del verbo eoískopéô, un vocablo cuya raíz skep, con el prefijo epi tiene la acepción que describe la actividad de ver o prestar atención sobre algo. La configuración skopéôs de donde viene la palabra obispos transmite la idea de observación cuidadosa, detenida y exhaustiva.
En el A.T el vocablo hebreo zakên se traduce al griego una sola vez por episkopê, referido a los ancianos de Israel, en Ex 3:16.

En el N.T el vocablo aparece 5 veces, en Hch. 20:28, Fil. 1:1, 1 Tim. 3:2, Tit. 1:7 y 1 Ped. 2:25.
La idea del término es de alguien que vela, que vigila, que observa a fondo. Dos pueden ser sus connotaciones y sentidos:

Supervisor: en sentido de cuidado, protectivo y restaurador. El objeto: restaurar al herido (proximidad al tropiezo o restauración al caído).

Persecutorio: en un sentido de espionaje e investigación. El objeto: encontrar al culpable (posible pecado encubierto). No está mal entonces definir a los obispos como sobreveedor (epís: sobre, kopos: velar u observar), aunque en este tiempo esa idea se resista.

En el cristianismo, un obispo ( del latín episcopus; en griego ἐπίσκοπος, 'vigilante', 'inspector', 'supervisor' o 'superintendente') es un sacerdote que recibe el sacramento del orden sacerdotal en su máximo grado, que es el episcopado. Casi todas las iglesias cristianas de carácter Católico cuentan con obispos, como la Iglesia católica romana, las Iglesias ortodoxas y la Comunión Anglicana. Desde un punto de vista etimológico, el obispo es aquella dignidad eclesiástica encargada del control y vigilancia del cumplimiento de las leyes de la Iglesia o Derecho canónico en el territorio de su jurisdicción o diócesis. La Iglesia católica, de acuerdo con su derecho canónico, considera al obispo como el miembro de la Iglesia que ha recibido la plenitud del sacerdocio ministerial por el sacramento del orden, sucesor de los apóstoles y pastor encargado del gobierno de una diócesis; en virtud de la colegialidad, comparte con el papa y con los demás obispos la responsabilidad sobre la Iglesia entera. Los obispos poseen símbolos distintivos que muestran su dignidad. En el catolicismo, usan vestiduras de color, un anillo y una cruz. En las ceremonias solemnes, llevan la mitra y el báculo. Es un líder espiritual que sucede al Papa.

¿HAS COMIDO CARNE EN EL OBELISCO?

Un obelisco es un monumento pétreo con forma de pilastra, de sección cuadrada, con cuatro caras trapezoidales iguales, ligeramente convergentes, rematado superiormente en una pequeña pirámide denominada piramidón. Generalmente se erigían sobre una base de piedra prismática. Los antiguos obeliscos se tallaron de un solo bloque de piedra (monolitos). La palabra obelisco deriva del griego obeliskos, que es diminutivo de obelos y significa "aguja". El primero del que se tiene noticia se data en la época de Userkaf, faraón de la dinastía V de Egipto (c. 2500 a. C.). Se desconoce cómo eran erigidos estos fantásticos monumentos, pues no hay ninguna documentación egipcia describiendo el método empleado.

Egipto

Los obeliscos se utilizaron de manera prominente en el antiguo Egipto. Tallados en un solo bloque de piedra, generalmente se colocaban por pares a la entrada de los templos, y sus caras tenían grabados jeroglíficos con alusiones al faraón que los mandó erigir. El piramidón solía estar recubierto de bronce u oro, metal del que los antiguos egipcios afirmaban era la "carne de los dioses".
Este monumento simboliza un rayo del Sol, la estabilidad y fuerza creadora que poseía el dios solar Ra. Los egipcios creían que los rayos del Sol llevaban hasta la tumba un gran poder vivificante que tenía algún efecto en la posterior resurrección del difunto. Durante la breve reforma religiosa de Ajenatón se consideraban como rayos petrificados de Atón, el disco solar. También se pensaba que el dios existía dentro de la estructura.

La mayoría de los obeliscos procedían de las canteras de granito de Asuán. Actualmente se conocen más de treinta obeliscos egipcios terminados y uno inacabado, en dicha cantera.

Muchos obeliscos egipcios fueron llevados a Roma, al punto que actualmente hay más obeliscos en Roma que en todo Egipto. Otros imperios de occidente también se llevaron obeliscos egipcios para erigirlos en sus capitales.

Y Napoleón que admiraba a los romanos no iba a ser menos.

¿TE GUSTA TU ÓNFALO?

Sobre la etimología de `ombligo´

Ombligo viene del latín umbilīcus (que es el diminutivo de umbo) y, además, del griego omphalos. El término umbo proviene a su vez del indoeuropeo ombh, y de una variante de ombh, nobh, derivan el alemán nabil y el inglés navel, que significan «ombligo».
Omphalos —o, en latín, umbilīcus— quiere decir «centro» o «punto medio». El término omphalos no tiene aún un equivalente oficial en castellano, pero se le puede encontrar en la Internet como «ónfalo».

El origen del término «ónfalo» es mitológico y está relacionado con Zeus y con Delfos. Cuentan que Zeus, queriendo determinar el centro de la Tierra —plana y circular, en aquel entonces—, hizo que dos águilas volaran a la misma velocidad desde los extremos de uno de los diámetros del círculo. Las águilas se encontraron en Delfos. Para señalar dicho «centro» secolocó en el templo de Apolo (en Delfos) una piedra de mármol blanco, a la que se llamó la piedra Ónfalo. Ese lugar quedó fijado como el centro del mundo griego.

Siguiendo con la mitología, se dice que a partir de esa piedra Ónfalo surgió una divinidad griega —adicional a las ya
existentes— que se llamó Onfalia. Onfalia fue reina de Libia y se la asocia sentimentalmente con Hércules. El nombre femenino Onfalia se dice que significa «la mujer que tiene un hermoso ombligo».

Usando como prefijos los términos «onfal-» u «onfalo-» se obtienen otras palabras del ámbito médico que tienen relación con el ombligo anatómico. Por ejemplo: onfalelcosis (ulceración del ombligo), onfalitis (inflamación por infección del ombligo), onfalotomía (sección del cordón umbilical), onfalocele (hernia umbilical), onfalorragia (hemorragia del ombligo), onfalotripsia (aplastamiento del cordón umbilical), etcétera.

El término umbo (con el significado de «ombligo» o parte saliente en el centro de una superficie redonda) se usa en medicina para nombrar a una zona del oído interno ubicada entre el tímpano y el martillo. En otro ámbito diferente, el de la escudería, antes de las guerras púnicas (264 a. C.) se llamaba umbo a unos protectores, de bronce o de hierro, colocados en el centro de los escudos y que permitían usarlos ofensivamente para golpear. La forma latina umbilīcus, la encontramos en palabras castellanas tales como «umbilical» (relacionado con el ombligo) o «umbilicado» (con forma de ombligo). En inglés, ombligo se dice navel, término que está relacionado con nafela (del inglés antiguo) o nabalo (del alemán). En Perú tenemos la ciudad del Cusco, cuyo nombre en quechua, QosQo, significa «ombligo». Así llamaron los incas a esta ciudad, capital de su imperio y que geográficamente se ubicaba en el centro de éste. En Chile, la Isla de Pascua (Rapa Nui) es también llamada, por sus habitantes nativos, Te-Pito-O-Te-Henúa: el ombligo del mundo. Los principales lugares sagrados de todas las culturas son llamados en general «ombligos del mundo». Así se dice del lugar donde está la Piedra Negra de la Kaaba musulmana o de la ciudad de Jerusalén.


¿SABÍAS QUE EL SER HUMANO ES UN OÓFAGO?

1.- Oófago. Adj. masc. Que ingiere huevos. Del sustantivo griego «oón»: huevo, y del verbo transitivo «phagéin»: comer. Sinónimo: ovívoro.

2.- Es decir que las crías en desarrollo más grandes y fuertes se comen a las de menor tamaño y débiles en el útero, es la forma de que aseguran que los más fuertes y aptos sobrevivan


¿EN CLASE TE HA DADO OREXIA? 

Las orexias

Orexia es un sufijo procedente del griego que significa deseo, apetito. Su utilización más conocida es en la palabra anorexia. En este caso el apetito va precedido de la partícula privativa 'an' y significa, por lo tanto, falta de apetito. La anorexia es un síntoma que acompaña a numerosas enfermedades, pero a veces un síntoma adquiere tanta importancia que se transforma en una enfermedad. La anorexia como enfermedad afecta a personas de corta edad (preferentemente niñas), que dejan de comer voluntariamente y casi siempre obtienen una recompensa placentera por tal restricción. Llegan a perder más del 40 por ciento del peso que le corresponde y ponen en grave riesgo su salud. Su característica fundamental es que padecen una visión deformada de su propia imagen. Son personas que pueden verse gordas y llenas de bultos aunque presenten una delgadez extrema.

En nuestra sociedad desarrollada y opulenta se han desarrollado en los últimos años otras formas de enfermedades asociadas a una reducción voluntaria de la ingestión de alimentos. Una de ellas es la 'vigorexia'. La base de esta enfermedad es, como en el caso de la anorexia, una visión deformada del propio cuerpo. Son personas que pasan todo el día en el gimnasio porque creen que poseen un cuerpo enclenque a pesar de que tengan unos músculos muy desarrollados, por el ejercicio y muy definidos, por la ausencia de grasa. Estas personas llegan a seguir dietas extrañas, atracándose de numerosos productos de los que venden en los gimnasios y hasta llegan a consumir fármacos anabolizantes. Esta es la única orexia más frecuente en chicos.

Últimamente se está detectando en los jóvenes otra orexia que puede llegar a ser muy peligrosa para la salud. Se trata de la drunkorexia en su forma inglesa, que yo propongo como alcohorexia en su versión castellana. Se trata de dejar de comer para poder beber más alcohol en las fiestas juveniles y en especial en los botellones. En estas aglomeraciones alcohólicas no solo se bebe mucho alcohol, de cualquier tipo y marca, sino que también se consumen numerosos tipos de productos de picoteos como frutos secos, aperitivos tipo gusanitos y ganchitos, patatas fritas, etc. El alcohol tiene muchas calorías y en el organismo se comporta como una grasa. Además todos los productos acompañantes tienen también muchas calorías, más de 400 kcal por cada 100 gramos. Por ejemplo, consumir tres cubatas con sus correspondientes panchitos nos puede proporcionar más de mil kilocalorías, casi lo que representa todo lo que se come normalmente en un día. Esto ocasiona que muchos jóvenes (y cada vez de menor edad) restrinjan la ingestión de alimentos en las comidas regladas a lo largo de la semana para poder permitirse el exceso de calorías durante el fin de semana. La alcohorexia afecta más a chicas.


Estas alteraciones pueden dañar la salud presente y futura de nuestros jóvenes. Estemos atentos a cualquier cambio en el comportamiento alimentario de nuestros hijos y nietos. El mejor tratamiento de las orexias es la prevención.



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